En el mundo del toro siempre se dijo, y además se cumplió, que las figuras de cada época se echaban a sus espaldas el peso de las grandes ferias. Lo hacían José y Juan, como luego Manolete y Pepe Luís, ó como Curro y Morante solían hacer más recientemente en Sevilla, por ejemplo. Hoy todo eso ha cambiado; con los macro abonos al uso, el viejo dicho podría decirse que ha caído en desuso.
En Madrid, con 27 corridas de toros y un total de 83 puestos en los carteles –teniendo en cuenta que se anuncia un mano a mano y una tarde de 6 toreros–, dos primeras figuras como Enrique Ponce y “El Juli” comparecen tan sólo en una ocasión. Y si ampliamos el arco a todos aquellos toreros destacados que se anuncian de forma habitual, ocupan tan sólo 15 puestos, esto es: el 18,1% de los posibles. Y todos ellos a dos tardes; tan sólo Sebastián Castella se apunta a hacer triplete.
Los toreros comprometidos
Con el abono de San Isidro 2018 se comprometen cinco toreros, de los cuales 3 están ligados directa o indirectamente con la Empresa que dirigen Simón Casas y Rafael García Garrido. Se trata de Sebastián Castella (Casas), Román (García Garrido) y Paco Ureña (Lionel Lusson); los otros van más por libre: Juan Bautista (Martínez Erice) y Juan del Álamo (Mariano Jiménez).
Y tres de ellos lo hacen con la formula del 2+1: dos ganaderías de las reservadas a figuras y una más dura: Juan Bautista, con la Quinta, además de El Pilar y Núñez del Cuvillo; Ureña, con la de Victorino Martín, junto a Puerto de San Lorenzo y Núñez del Cuvillo; Román, con la de Miura, además de Fuente Ymbro y Juan Pedro Domecq. Mientras tanto, Castella va menos comprometido –si tal puede decirse de Madrid– y Juan del Álamo ha aceptado el cartel de los seis toreros.
Entre todos ellos, destaca la apuesta que han hecho Casas y García Garrido por Román. Después de colocarlo como centro de las Fallas, lo de Madrid son palabras mayores. En la terminología del taurineo, se podría decir que de ésta o lo queman o lo ponen en figura. Desde luego, de todos los toreros anunciados, y que tienen su pequeño patrimonio que proteger, es el que más se juega en Madrid. Pero se diría, y con razón, que el que no apuesta, no gana. La de Román es de órdago a la grande, a la chica, a pares y a juego, todo a la vez Y no parece que el ánimo vaya a decaer en el torero valenciano al verse con esa responsabilidad por delante. En la primera de las Fallas ya dejó la demostración de su raza, a costa de una cornada más seria de lo que parece.
Muy interesante la presencia diseñada para Paco Ureña. Se lo ha ganado, sin duda. Pero que, una vez fuera de Sevilla, en Madrid te den las tres oportunidades que le anuncian, constituye una oportunidad de oro para dar el definitivo estirón.
Las figuras se retraen
En la parcela opuesta aparecen las consideradas figuras. Que Ponce y El Juli se anuncien en una sola ocasión, resta muchos enteros al abono. Habría que ver si ha sido para comodidad de los espadas o por razones de ahorro de costos, o las dos a la vez.
Bastante convencionales los carteles reservados para los toreros de la Casa Matilla –que coloca a todos los suyos, El Fandi y Padilla incluidos—-, pero también los de Perera, Talavante, Ferrera, López Simón o Cayetano, por citar cinco nombres.
Diríase que es poco ambiciosa la presencia de los nuevos. A Roca Rey y Ginés Marín se les coloca con las llamadas “ganaderías con garantías”; menos cuidado, desde luego, José Garrido, que merecía una mejor colocación; y sobre todo Álvaro Lorenzo, que desde que salió de la Casa Lozano le han bajado de nivel, aunque con derecho a anunciarse dos tardes y en Madrid.
Y entre los hombres esforzados, se le da cuartel a Pepe Moral y Manuel Escribano y se le buscan unos puestos dignos a toreros como Fortes, Daniel Luque Curro Díaz y El Cid –que además abrirá el año en Las Ventas–. Tres representantes mexicano (los hermanos Adame y Sergio Flores), dos peruanos (Roca Rey y Galdós), un colombiano (Bolívar) y otro venezolano (Colombo), forman la nómina de toreros americanos.
Lo más Inexplicable de todo punto radica en la ausencia de Diego Urdiales, que hasta ahora no ha tenido una justificación solvente. Para garantizar la presencia de un torero que tan a gusto se ve en Madrid, obligado era para la Empesa a hacer lo necesario para alcanzar un acuerdo. Tampoco se entiende que no se cuente con Miguel Abellán, o con Ucdeda Leal, dos toreros madrileños respetados.
Predominio del encaste habitual
Incluida las que hacen doblete y las lidian acarteladas con otros hierros, se anuncian 32 ganaderías. De ellas, 13 no son de la procedencia domecq, tan diverso como es. Ninguna novedad. Viene siendo lo habitual en los grandes abonos. Eso sí: en la versión de 2018 en esa mesa de mayores comodidades se da entrada a algunos toreros poco habituales en tales menesteres.
En sentido positivo, llama la atención las tres tardes que se conceden a lo procedente de Albaserrada y otras tantas a los santacolomas. Por causas de fuerza mayor no ha permitido que se lidiara una corrida completa de Rehuelga, una de las triunfadoras en el pasado año. Pero ya en el invierno su criador, que tiene una camada muy corta, avisó que no tenía en el campo seis toros como para Madrid.
Por lo demás, sorprende sobre el papel la presencia de Torrehandilla, una versión domecq que hasta ahora sólo lidiaba en plazas de orden menor.
En cualquier caso, la imaginación no abundaba en los organizadores a la hora de definir el panel de ganaderías.
Dos notas al margen
n Una pequeña trampilla
n Los números exactos
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