Al pensar en esta entrevista, instintivamente se me venía a la cabeza un viejo recuerdo que se remonta al 20 de abril de 1964, cuando Manuel Benítez “El Cordobés” cortó dos orejas y rabo en la Real Maestranza de Sevilla, una tarde que todavía sigue viva. Por más señas, se las concedió –y de un tirón, sin titubeos– un presidente, currista y exigente, pero ante todo un enorme aficionado que se llamaba don Tomás León. El toro era de don Carlos Núñez y se lidió como sexto. De aquella corrida –insistamos: en la que se anunciaba quien había cogido el mando del toreo– Antonio Díaz Cañabate escribió en “ABC”: “¡Aleluya por los toros bravos que demuestran su raza, que se dejan torear, pero que oponen su temperamento, hacen patente su casta!”.
“Las facultades que se le van a otorgar a la Comisión son un paso fundamental para poder abordar los problemas”
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–La aprobación del pasado miércoles en el Senado supuso un paso tremendamente importante para la Tauromaquia y ante un hecho de esa relevancia consideramos que el agradecimiento y el comunicado debería ser conjunto. Tanto empresarios, como toreros, como ganaderos somos conscientes del esfuerzo y del trabajo que está realizando el Ministerio de Cultura, también del apoyo y de la demanda del pueblo por pedir este reconocimiento a la Tauromaquia como Patrimonio Cultural.
–El Ministerio de Cultura está desarrollando una buena labor con la Tauromaquia. Nos encontramos ante el primer gobierno que se ha implicado plenamente en su protección y además en la toma de decisiones para el diseño de un Plan de Promoción y Fomento. Las facultades que se le van a otorgar a la Comisión Ejecutiva son un paso fundamental para poder abordar los problemas del sector a través de una estructura que pueda poder en marcha las medidas que se planteen.
—Lo consideramos vital. El sector taurino debe ser consciente de que el compromiso debe ser firme para poder garantizar la viabilidad futura de la Tauromaquia. Se ha trabajado mucho en la redacción del Plan precisamente porque lo necesitamos más que nunca, y esa necesidad hace que todos rememos en la misma dirección.
—En la Tauromaquia hay dos protagonistas principales: el toro de lidia y los toreros que se ponen delante, y existe un tercero necesario para la organización de los festejos ya sea la figura de un empresario o de la Administración.
“La gravedad de la situación radica en la dificultad de cubrir los costes de nuestras explotaciones, unido a la inviabilidad de dar festejos y al cierre de plazas de toros” |
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–He conocido crisis graves en el toro, pero ninguna como ésta. Precisamente la gravedad de esta situación radica en la dificultad de cubrir los costes de nuestras explotaciones, unido a la inviabilidad de dar festejos y al cierre de plazas de toros, ambos hechos provocados por la coyuntura económica y la incapacidad de la estructura del espectáculo para adaptarse a ella.
–Lo primero y fundamental pasa por una unión necesaria entre el sector y la creación de una estructura que sirva para la toma de decisiones. Una vez creada la estructura, se deben abordar las medidas urgentes que permitan la viabilidad del sector que pasa por una adaptación de los pliegos de las plazas de toros, una revisión de los costes de los festejos taurinos que permitan ofrecer un espectáculo atractivo y asequible, además se debe poner en marcha el diseño y ejecución de un plan de comunicación. En este sentido y a pesar de carecer de patrocinios y publicidad, la Tauromaquia sigue siendo el segundo espectáculo de masas en España.
–A finales de año cerraremos nuestras estadísticas y previsiones sobre la cabaña de cara a la próxima temporada y será el momento de hacer análisis pero las previsiones y la tendencia observada es que en algún momento se ajustarán la oferta y la demanda. Los festejos taurinos han descendido más de cincuenta por ciento, contando España y Francia, desde el inicio de la crisis en 2008, y los ganaderos hemos tratado de equilibrar nuestra oferta, el problema es que nuestras previsiones son a cuatro años vista y la regulación del mercado no es fácil.
—Aparecen algunos ganaderos nuevos, pero lo más relevante es la evolución que estamos observando en los censos de vacas y machos herrados, donde sí se está produciendo una reducción importante.
—La ordenación del mercado debe ser de libre competencia. Y la mejor regulación es ser un buen ganadero de forma que sobreviva el toro que realmente interese a aficionados y público.
–La mejor preservación del toro es su conocimiento y su correcta divulgación. La definición de Tauromaquia que recoge el BOE en la Ley que la regula como Patrimonio Cultural incluye a la crianza y la selección del toro de lidia como conceptos de protección. Por tanto, los poderes públicos están obligados a garantizar la conservación de la Tauromaquia, lo que conlleva una correcta difusión y promoción del toro. También es necesario continuar fomentando todas aquellas medidas necesarias para la conservación genética, la congelación de semen y embriones, etc…
“La estandarización del toro nos está conduciendo a un espectáculo predecible”
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–La estandarización del toro nos está conduciendo a un espectáculo predecible, en cuanto que se iguala en un tipo de toro a todos los encastes y ganaderías siendo muy diferentes zootécnicamente. Precisamente por este motivo, exigimos respeto y conocimiento al tipo zootécnico de cada encaste y de cada ganadería. La diversidad genética del toro de lidia evita la “predecibilidad” del toro y, en consecuencia también del espectáculo.
–El toro ha perdido su viveza por dos motivos fundamentales. El primero porque se ha producido un cambio en su tipo zootécnico. Actualmente se está criando un toro menos ágil y más grande, su embastecimiento es inversamente proporcional a la finura y la agilidad como pasa en cualquier otra raza.
–Hay dos aspectos sobre este punto. Por un lado, la confección de los carteles de este tipo de ganaderías que no tienen tirón en taquilla. Muchos de los toreros y, sobre todo novilleros, que matan estas ganaderías, son aquellos a los que se les ofrece esa corrida como ‘oportunidad’ cuando en realidad es una ‘encerrona’ porque no tienen la preparación suficiente como para hacer frente a la exigencia de esa actuación, en muchas ocasiones porque la reducción de festejos, como consecuencia de la crisis, evita su necesario rodaje. Y por otro lado, reitero una mejor difusión y promoción del toro de lidia, y de la cultura taurina en general.
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