Muchos hacían el teléfono, una especie de desplante que seguramente inventaría Llapisera, padre de gran parte de las suertes del toreo moderno que se tomaron del cómico (las manoletinas por ejemplo). Existen escritos que afirman que Reverte ya lo hacía como remate en los desplantes. En cualquier caso, lo popularizó Arruza y consistía en arrodillarse ante el toro, apoyar en su testuz el codo y la cabeza en el puño; o sea, la posición que se suele tomar cuando se habla por teléfono. El 19 de septiembre de 1944, Carlos Arruza realizó por vez primera en la plaza de toros de Valladolid el adorno no ante un toro de Pablo Romero. (Fernando Martínez, en «A vueltas con las fechas (II)», y otras fuentes.)
Carlos Arruza y el teléfono

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