Algunas historias de cine y toros

por | 9 Feb 2018 | Las Artes

La charla, más allá del esperado retablo de títulos y actores, se convirtió en una densa lección de teoría. Convenía descender a las causas antes de conocer los efectos. Fue la lección magistral del profesor, escritor y periodista Carlos Colón, enmarcada dentro del ambicioso ciclo El Cine y los Toros: Géneros y lenguajes cinematográficos de la Tauromaquia organizado por la Fundación de Estudios Taurinos en colaboración con la facultad de Geografía e Historia.

Colón, que viajó desde los balbuceos del cinematógrafo a la creación de la gran industria del cine, acabó aterrizando en un escenario apasionante: los años 20. En ese momento el cine se ímbrica en la floreciente cultura popular española. Son los años de la llamada Edad de Plata, que –casualidad o no– se solapan con el lanzamiento de los primeros títulos del cine español… y taurino. En 1916 ya se había estrenado, ajeno aún a ese espíritu tipista, la primera versión muda de Sangre y Arena. Aún hubo otra en 1922, con el mítico Rodolfo Valentino encarnando al diestro Juan Gallardo.

Sin solución de continuidad llegarían “El Niño de las Monjas” y la primera versión de “Currito de la Cruz”, ambas de 1925; “El Relicario” en 1927 y una nueva, y casi desconocida, versión sonora de “Currito de la Cruz” de 1936 que clausura este periodo el mismo año que la mítica “Morena Clara”, “se convertía en el mayor éxito del cine español en toda su historia”, según recalcó el propio Colón. A partir de ahí, la lista de filmes taurinos se alarga, repitiendo algunas constantes: el chico que viene de la nada, se enamora de la mujer de clase superior y se redime –o se condena– a través de su triunfo o su fracaso, y hasta su muerte, en la profesión o en su nuevo medio social.

Es importante precisar los conceptos. Carlos Colón no quiso ubicar la definitiva génesis del cine español en el florecimiento de la Edad de Plata más allá de ese terreno de la casualidad pero sí desbrozó algunos tópicos en torno a algunos fenómenos como la reinvención de la Semana Santa, El Rocío o la Tauromaquia que el escritor situó a la vanguardia de la cultura y dentro de un terreno que definió como el de las “tradiciones inventadas”.

Las raíces de ese fenómeno que se sublima en los años 20 hay que buscarlas a mediados del siglo XIX. “Es el colofón de un proceso que había comenzado el siglo anterior”, aclaró el profesor sin dejar de mirar al cine y su expresión como reflejos de la cultura popular, denostada en el 98 y ensalzada en el 27. “El desarrollo de la fiesta de los toros va a ser indisociable de la prensa popular de masas”, añadió Colón precisando que “los toros se van a servir de los periódicos pero los periódicos también se van a servir de los toros”. A partir de ahí, sin olvidar otros elementos de esa incipiente modernidad, tenemos que ubicar la presencia del fenómeno taurino en la historia del cine, que llega de una forma absolutamente natural.

“El cine se va a ocupar inmediatamente de los toros, primero documentándolo o filmando las corridas”, señaló Colón antes de afirmar que “reutiliza un tema que ya había sido muy elaborado por la novela popular o el folletín”. Es el torero, protagonista anterior de melodramas u obras teatrales o populares, que ya era “una figura consolidada en la literatura popular española”, explicó Colón antes de precisar que “lo que hace el cine es sencillamente incorporar una fiesta que llena cosos”. En ese punto el profesor volvía a abrir la puerta de la modernidad de la propia fiesta taurina recordando que “los cosos monumentales son de finales del siglo XIX y comienzos del XX, crecen a la vez que la propia sociedad de las multitudes”.

“Al cine le interesa documentar como torea Joselito o Belmonte pero le interesa más la apropiación de relatos en los que los toros forman parte como un trasfondo; casi todas las películas de toros en realidad no tratan de toros; narran la historia del hombre surgido del pueblo, hecho a sí mismo, sus amores y desgracias… es el torero entendido como héroe trágico”, completó el conferenciante.

Desde esa idea, una historia que comparte tramoya, puede contemplarse desde perspectivas tan distintas como las de Vicente Blasco Ibáñez y Alejandro Pérez Lugín. Las dos novelas –Sangre y Arena y Currito de la Cruz– dieron origen a dos de las películas más representativas de esta prehistoria del cine taurino que no se puede entender sin otear el panorama literario que las alumbra. “Blasco es liberal y cosmopolita y Pérez Lugín está más próximo al costumbrismo”, concluyó Colón.

►►Documentación
Carlos Colón Perales es escritor, articulista y profesor titular de la Universidad de Sevilla. En su haber cuenta con documentales magistrales sobre Sevilla, su Semana Santa y sobre los toros.
El curso ha estado dirigido por los profesores Fátima Halcón, Víctor J. Vázquez y Andrés Luque Teruel y cuenta con la coordinación de Silvia Caramella, de la Universidad de Sunderland y la secretaría organizativa de Victoria O’Kean y María Pérez de Lama, de la Fundación de Estudios Taurinos.
En la primera de las sesiones se abordó el tema de “El cine taurino en la historia del cine mundial”, siendo ponentes Adriana Martins (Universidade Católica Portuguesa de Lisboa) y Carlos Colón Perales (escritor, articulista y profesor titular de la Universidad de Sevilla). En esta primera jornada de proyectará la película «El Patio de los naranjos», de Guillermo Hernández Mir.
El curso continuó con “Tauromaquia y Cinematografía: la imagen fílmica y la imagen pictórica”, con la intervención de Fátima Halcón. Alberto González Troyano, y Andrés Luque Teruel.
La segunda jornada tuvo como título “Temas y estilos del cine taurino: Lucha de clases, realismo e identidad de género”, a cargo de Carlos Martínez Shaw (catedrático de la UNED); Lázaro Echegaray, profesor de la Escuela Universitaria de la Cámara de Comercio de Bilbao y Manuel Grosso Galván, profesor titular de la Universidad de Sevilla.
La sesión del 8 de febrero se “Bellas Artes y lenguajes cinematográficos en el cine experimental, de autor y en la animación”, con la intervención del periodista Antonio Lorca, el profesor Víctor J. Vázquez y el director de cine Juan Figueroa. La jornada se completó con la intervención del tratadista malagueño José Morente y el profesor sevillano Andrés Luque Teruel. El director de cine Agustín Díaz Yanes pronunció la última conferencia.

Los trabajos originales de Álvaro R. del Moral, cronista de “El Correo de Andalucía”, se publican en su blogs “Con la tarde colgada a un hombro”, al que se puede acceder a través de nuestra sección “8 opiniones 10” y en las direcciones electrónicas:
http://blogs.elcorreoweb.es/latardecolgadaaunhombro/
http://elcorreoweb.es/toros/

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Taurología

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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