“El concurso de la plaza de Bilbao nace bajo la sombra de la impugnación”, el título que encabeza un documentado informe de Álvaro Suso en las páginas del diario “El País” y en su versión digital, en su versión de este martes.
Según este informe, que por dudas sobre su legalidad del pliego, “el ambiente taurino asume que será un proceso impugnado y que deberá repetirse. La razón principal es la condición que se exige de que el concursante deba tener experiencia en cosos de categoría primera en España”. Esta condición, como cita el periodico madrileño, en un primer momento se dijo que debía ser durante cuatro años; sin embargo, finalmente en el pliego se habla de tres temporadas: en concreto, de las 2018, 2017 y 2016.
En cualquier caso, se considera –según lo que informa “El País”– que“esta condición limita mucho las empresas que pueden presentarse al concurso e incumple, según sostienen expertos a este diario, la normativa europea sobre la libre competencia y concurrencia”.
En concreto se aduce la sentencia de un Tribunal de Marsella que recientemente anuló la adjudicación de la Plaza de Arles, precisamente por esa causa de exigir como condición excluyente la experiencia en plazas de primera, exigencia que restringe la competencia.
Como explica Álvaro Suso en su trabajo periodístico, con esta exigencia apenas son cuatro o cinco las empresas capacitadas, teniendo en cuenta que la MECA, exclusiva de Pamplona, y la empresa Pagés de Sevilla no suelen salir de su ciudad. Por ello, podrían hacerlo la Casa Chopera, al haber llevado San Sebastián, ya que en Bilbao no es empresa; sus socios de la FIT, que gestionan Córdoba –con la dificultad de que no organizan alli al menos cuatro festejos mayores al año–, y Simón Casas, con el entramado taurino de Plaza 1 durante 2018 y 2017 y con Zaragoza, donde estaba en 2016. En cambio, tienen un dificil encaje los anteriores empresarios de Madrid, la familia Martínez Uranga, que están fuera del primer circuito empresarial desde 2016. A estos nombres “se les podría sumar algún socio en la sombra en las asociaciones que existen en estas plazas”.
También se considera materia impugnable la exigencia de la realización por parte del empresario en un plazo de dos años de una serie de obras que subsanen deficiencias urgentes en el edificio. El estudio que se aporta en el pliego, “está fechado en marzo de 2017, lo que permite dudar sobre la urgencia de las mismas si no se han tenido que realizar en los dos años que han transcurrido desde el estudio realizado. Además, el coste de las mismas ha podido variar con respecto al presupuesto que se fecha en marzo de 2018”.
Desde las empresas consultadas por Suso, se sostiene que lo lógico habría sido señalar las deficiencias y que quien desee presentarse hiciera un proyecto de renovación y adecuación con un coste actualizado y que se valorase el proyecto completo, pero no tener que afrontar unas obras cerradas por la propiedad desde hace más de un año.
Pero además, para la adjudicación se también una propuesta de obras no reflejadas como urgentes. Pero como bien indica Suso en su informe, “el plazo de un mes para la presentación condiciona la realización de un buen estudio para quien no conozca con anterioridad la situación y las dependencias interiores de Vista Alegre”.
Por estas cuestiones mencionadas, varias empresas interesadas en el concurso de la plaza de toros de Bilbao barajan la posibilidad de impugnar el pliego y que se tengan en cuenta estos puntos que permitirían un concurso más abierto y competido.
Como se sabe, el pliego se resume en tres grandes apartados: el de espectáculos, con veinte puntos para la propuesta taurina y diez para la propuesta de otros actos de ocio; el de las obras, con 35 puntos entre las obligadas y las exigidas; y el tercero el económico, con treinta puntos para el canon y cinco para el presupuesto. En resumen, el capítulo que menos puntos tiene es el taurino.
El Ayuntamiento pretende que el Comité Técnico decida el concurso antes de la celebración de la Semana Grande en agosto. Los interesados han de presentar sus propuestas antes del 16 de julio y después las valorará un Comité formado por dos representantes de la Junta Administrativa, dos funcionarios expertos en arquitectura y en administración general respectivamente y un representante de la sociedad municipal Bilbao Ekintza.
El inicio del arrendamiento se pretende para el 1 de octubre de este año hasta 2034. Si bien habrá que esperar a si el proceso discurre sin problemas o es finalmente impugnado.
La opinión de los aficionados
Por otro lado, entre los aficionados bilbaínos lo que más le ha sorprendido es la duración de la concesión, puesto que se formalizará por un plazo de quince años. Desde los rectores de la plaza se justifica el plazo en la necesidad de afrontar una obras que deben tener tiempo para recuperar la inversión y en la seguridad que aporta un contrato para la continuidad de la Fiesta en la ciudad.
Otra de las cuestiones valoradas positivamente ha sido el canon solicitado, que tiene una base de 105.000 €, no excesivamente elevado en comparación con otros pliegos, aunque se le concederá el 30% de la puntuación y puede ser determinante con una oferta muy alta. El aficionado ve que la plaza en los últimos años es deficitaria y, por ello, un canon elevado con la inversión consiguiente en obras no tenía lugar. Quizás por eso, los propietarios han reservado un porcentaje de los beneficios en caso de obtenerlos además del canon fijo.
Por el contrario, lo que ha dejado un tanto desilusionados a los taurinos locales es que los festejos exigidos solamente sean seis corridas de toros y una de rejoneo, cuando en la actualidad se celebra una feria con nueve tardes. En el pliego no se menciona la necesidad de abrir la temporada con alguna novillada en primavera o cerrarla en otoño, como se hacía antiguamente, una de las solicitudes constantes de los aficionados.
Además, en los ambientes taurinos bilbaínos el cronista de “El País” recoge que se ve como un pliego dirigido a la continuidad de la Casa Chopera, que lleva de gerente en Vista Alegre desde hace muchas; en concreto, ocasionalmente en 1950-1951 y de forma continuada desde 1957 a la actualidad.
Sin embargo, a este respecto resulta llamativo que si entre quienes van a dilucidar el concurso se encuentran los representantes de la Junta Administrativa de la plaza, la Casa Chopera –que en la actualidad sigue trabajando para dicha Junta– pueda presentarse al concurso, cuando cabria presumir que en toda la fase preparatoria del concurso han podido acceder a información interna de todo ese proceso, algo que los restantes aspirante no tienen.
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